De lo que me voy a despedir, al menos espero por un buen tiempo, es de algo que me acompañó durante los últimos seis años.
Pues me despido de mis lentes.
Aunque han pasado muchos pares de ellos, se convirtieron en parte de la cara que muchos conocen. Desde el 2000 cuando hice mi tesis que me exigió el trabajo 18 horas al día, y descubrí dolorosamente mi miopía, pues nunca me pude alejar de ellos.
Ahora, mientras algunos de ustedes leen esto, me estoy sometiendo a una sencilla operacion correctora con láser. Y obvio, permaneceré alejado de cualquier factor medioambiental dañino y también del trabajo, los libros, el cine, la tele o de las computadoras por algunos dias.
(Y como no soy fanatico de la música, pues creo que estos dias, en mi encierro, estaré rozando la histeria, por no tener qué hacer).
Así que dejaré descansar este blog unos días.
Adiós a mis lentes, o por lo menos, un hasta pronto.
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