lunes, julio 25, 2005

Duele... y mucho.

Estar frente a una pantalla gigante, con una cerveza en la mano, entre muchos amigos que tienen las mismas expectativas que uno mismo, y ver como todo se diluye, mientras el equipo favorito pierde un cotejo decisivo, no es una sensación muy agradable que digamos.

Barcelona perdió la final de un torneo, en la que nadie creía que iba a ser finalista y que buscaba un milagro. Liga de Quito fue siempre el mejor y lo demostró hasta el fin del campeonato. Y esta vez el milagro no se dio. Pero hay puntos a los cuales se debe mencionar, en un análisis final.

Lo que nos gustó en particular fue que Barcelona, pese a que no tuvo en sus jugadores la calidad suficiente para derrotar a un gran equipo como la Liga, al final del campeonato y gracias al espíritu de un Barcelonista verdadero como Jimmy Montanero, recuperaron la cohesión, y empezaron a creer.

Ya en los tiempos actuales, se necesita mucho mas que solo garra para ganar torneos. Se necesita calidad, y Barcelona no tiene tal cosa en la mayoría de sus líneas. Barcelona en si, es un equipo "bueno" para un campeonato nacional. Pero no lo suficiente para ganarlos, y peor, para hacer papeles distinguidos en torneos internacionales. Con lo que hay no es suficiente. Veremos que tal nos va con los refuerzos contratados. Les deseamos la mejor de las suertes.

Al técnico Peláez no le tembló la mano las ocasiones que tuvo que colocar cuatro y hasta cinco delanteros para intentar virar un marcador. Quiere ganar, y ojalá siga así y le transmita el sentimiento a los jugadores.

En comparación, un técnico amarrete como Salvador Capitano jamás haría algo así. De hecho, Capitano colocaría más jugadores defensivos para salvar la papeleta. Ojalá nunca regrese.

Los dirigentes por fin están tomando el mando como se debe, y la mostraron cuando debía mostrarse. Sacaron a Kaviedes del equipo. Y lo siguiente lo voy a escribir claramente:

Señores dirigentes. Basta ya de presionar a los técnicos para que incluyan a tal o cual jugador en las alineaciones, si no responde al ESPIRITU DE CUERPO que debe primar en una institución que quiere ser ganadora. Si un jugador tiene que salir, tiene que salir. Punto. Y no dejarlo en el club y perdonarlo siempre, solo porque el "cuñado del cuñado" (Bohrer, cuñado de Jaime Nebot presidente vitalicio del club) es dueño del pase de Kaviedes y necesita promocionarlo para ver a cual iluso equipo lo vuelve a vender. Jaime Ivan Kaviedes Llorenty, de 28 años, no debe regresar jamás a Barcelona (no porque fue emelecista o no), sino porque tiene problemas sicológicos graves y debe ser atendido por un profesional del ramo. Y Barcelona no tiene tiempo para eso. No tiene tiempo para contratar a alguien que provoca enemistades al interior del plantel. Y eso de los "goles importantes"... me limpio con eso. Me limpio.

Lo malo. La hinchada desadaptada que destruía bienes públicos solo por descontento. Eso es vandalismo, en cualquier parte. Hicieron destrozos en el Capwell, en Casa Blanca, donde sea. Eso es francamente repudiable. Eso hace que al equipo no se lo respete. Ese detalle nos denigra como personas. Barcelona no es así. Barcelona es nobleza. Es huevos. Y ese detalle del lanzamiento de los huevos a la cancha en el Monumental si lo apoyo. Y dio resultado al final.

Barcelona se reencontró con la garra. Con eso se gana a la hinchada. Ahora la dirigencia se tiene que reencontrar con el pueblo Barcelonista, demostrando que las contrataciones han sido las adecuadas. Si se logra eso: plantel de calidad + garra + hinchas, todo ira bien. Y Barcelona será el campeón del torneo clausura. Lo será.

Y solo les recuerdo que Barcelona es Barcelona. Barcelona es Idolo. Barcelona esta grabado en el corazón de los Ecuatorianos aquí y en el extranjero. Es pasión. Es garra. Es hambre de triunfos. Solo así se justifica que hasta calles, pueblos y recintos tengan ese nombre.

Solo así se justifica que por donde se mire, en cualquier barrio de cualquier ciudad del país aparezca la camiseta amarilla. Solo así se justifica que, como aquí, en una casa humildísima de los barrios pobres de Salinas, donde ayer hubo tristeza por la derrota, siga flameando abajito del tricolor nacional, una camiseta torera.

Y para los que les duela: Barcelona es Ecuador, menos unos cuantos.